jueves, 21 de julio de 2011

La prostitución no es inmoral


LA PROSTITUCIÓN NO ES INMORAL

La prostitución no es inmoral, no y mil veces no. La prostitución es un trabajo como cualquier otro, no más. Si me preguntan –y sé que no lo harán–, ser abogado, ser médico, ser físico, ser químico, ser psicólogo, ser vendedor, ser maestro, ser ALGO, te convierte en un(a) prostituto(a). Les dicen prostitutos(as) a las personas que vende su cuerpo para algún acto de índole sexual a un extraño, le dicen prostitutos(as) a aquellas personas que aceptarán dinero a cambio de sus servicios y, aquellos que dan su trabajo, llegándolo a convertir en su vida, por dinero, ¿son acaso más o menos morales? Desde pequeños poseemos un sueño, ser un alguien en la vida, ese alguien estudiará, se preparará, se graduará o terminará de capacitarse, saldrá a la calle, buscará empleo y pedirá un sueldo; esa persona recibirá dinero a cambio de sus servicios… ¿qué era la prostitución?

La prostitución como tal no es moralmente aceptada, pero esto no quiere decir que sea moralmente incorrecta, en cambio, un trabajo “normal” es moralmente aceptado, pero eso no da fe de que sea moralmente correcto. Así que… aquí es cuando todos comenzamos a juzgar según nuestra propia condición.
Yo (entiéndase bien el YO), no puedo, no quiero y no deseo decir que esté bien o esté mal simplemente digo: “Yo no sé si le gusta, yo no sé que lo(a) empujo a ello, yo no sé si es por placer o necesidad, yo no sé qué pasa por su mente. Yo no sé que lo empujó a ser médico o abogado”. ¡Ah!, podría pasar años hablando sobre esto y no conseguir a alguien que comprenda mi punto, así que pasaré a explicarlo:

–El término moralidad es tan vago, tan difuso y tan débil que es prácticamente imposible conseguir un punto donde mis opiniones, querido lector, no difieran de las tuyas. La cuestión con la moralidad es que no existe. No existe porque cambiará según tu ánimo y el mío, cambiará según el país, la ciudad, el continente, la religión, las costumbres, el tiempo; cambiará a partir de la cantidad de libros leídos o no leídos, cambiará según mi edad y la tuya, cambiará con el clima… el punto es que cambiará. Así que, ¿vamos a juzgar a determinada población sólo por un estado anímico?
“Moralidad: conjunto de costumbres, valores y principios que se aprenden a lo largo de la vida y se modifican con el pasar del tiempo. Todos estos términos estarán dentro de unos parámetros sociales aceptados y heredados.” Si no es un término aceptable justifiquen su opinión.

Supongo que habrán notado la falta de argumentos éticos o, siquiera, la falta de ideas; sólo he bordeado el tema y no he dicho una opinión más o menos sustentable. Lo que pasa es que no debo hacerlo, ¿por qué? Porque no estoy moralmente capacitada para ello. ¿Cuántas veces no jugué y atenté con y contra mi vida? ¿Cuántas veces no he dudado de la existencia de toda materia, todo espíritu, toda realidad? ¿Cuántas veces no he sido inmoral ante mis ojos por querer beneficiarme por algún servicio prestado? ¿Podría juzgar yo, quien ha traspasado algunas líneas moralmente aceptadas, pero no por eso correctas, a quienes viven saltando ésas líneas constantemente? ¡NO! Claro que no… ¿y podrían ustedes hacerlo? ¡TAMPOCO! Nadie, absolutamente nadie, ha vivido sin saltar, al menos, una línea moral y al hacer eso pierden, automáticamente, todo reconocimiento para emitir juicios.

Tu moralidad sólo será un reflejo de tus necesidades, tus juicios serán sólo el reflejo de tus miedos, tus críticas sólo serán los comentarios que no te atreves a dirigirte, ¿ves? sigues siendo tan inmoral como yo y tan inmoral como puede llegar a ser cualquier organismo vivo.